Internet para los astronautas y los turistas espaciales, sistemas de posicionamiento para los rovers y los vehículos sin conductor que realizan la minería espacial o comunicaciones rápidas y seguras. En los próximos años, la Luna será el destino de decenas de nuevas misiones espaciales, y necesitarán todos los servicios de navegación y telecomunicaciones que los satélites nos permiten utilizar cada día en la Tierra.
Por ello, la Agencia Espacial Europea (ESA), en su proyecto Moonlight, ha designado a un consorcio internacional, que opera bajo la dirección de Telespazio, para que realice un estudio sobre cómo proporcionar sistemas de navegación y posicionamiento en la Luna y, sobre todo, cómo se puede hacer que todo el proyecto sea financieramente sostenible.
Telespazio lidera un consorcio de operadores de satélites como Inmarsat e Hispasat, fabricantes como Thales Alenia Space, OHB y MDA UK, y pequeñas y medianas empresas y start-ups como Argotec, ALTEC y Nanoracks Europe, así como universidades y centros de investigación como SEE LAB SDA Bocconi y Politecnico di Milano, los cuales comparten la convicción de que los satélites están destinados a convertirse en el centro de una verdadera economía lunar impulsada por misiones gubernamentales y privadas, servicios innovadores y un contacto ininterrumpido entre la Tierra y la Luna.
"En el año de su sexagésimo aniversario, Telespazio se enorgullece de trabajar con grandes, pequeñas y medianas empresas y centros académicos en un proyecto de tanta importancia estratégica para el futuro de la exploración espacial europea y mundial. Los servicios de comunicación y posicionamiento tendrán una importancia esencial para que hombres y mujeres puedan disfrutar de una presencia sostenible en la Luna, pudiendo tener un impacto positivo para la vida aquí en la Tierra".
Luigi Pasquali, Director General de Telespazio
La infraestructura que el consorcio tiene en mente comprenderá estaciones lunares y terrestres y satélites en órbita alrededor de dos cuerpos celestes, con el Centro Espacial Fucino de Telespazio como verdadero centro neurálgico del sistema, albergando los centros de control de la misión y la gestión de los servicios.
Fucino confirma así su especial relación con la Luna, iniciada en julio de 1969, cuando sus antenas retransmitieron las históricas imágenes en directo del alunizaje del Apolo 11 a millones de espectadores.
Será necesario, por ejemplo, que los sistemas que operen en la Luna se comuniquen entre sí y sean controlados desde bases en la Luna, en órbita de la Luna o en la Tierra. Todo ello debe estar garantizado en todo momento, sin interrupción, mediante servicios específicos e infraestructuras especiales.
Del mismo modo, los astronautas -e incluso los turistas espaciales- necesitarán un contacto constante con la Tierra para realizar sus misiones y, más sencillamente, para mantenerse en contacto con sus seres queridos mientras están en el Espacio.
Ya en la actualidad, los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional disponen de una conexión constante a Internet que les permite mantener el contacto con la Tierra y les ha convertido en auténticos influencers desde el espacio, con sus publicaciones en redes sociales.
Un "navegador" lunar
Los protagonistas de la exploración espacial y de la economía lunar también necesitarán desplazarse con seguridad, saber dónde están y, sobre todo, cómo llegar a donde quieren ir.
Por ello, los sistemas de navegación y posicionamiento, como Galileo o el GPS que utilizamos en la Tierra, serán de esencial importancia para guiar, por ejemplo, a los rovers para la minería espacial, una de las mayores perspectivas de la futura Economía Lunar.
Ya sea la búsqueda de elementos de tierras o la extracción de agua y oxígeno del regolito para fabricar combustible para los vehículos espaciales, ha quedado claro que la minería será un elemento clave de la exploración espacial, que garantizará su sostenibilidad económica al generar posibles ingresos para las empresas implicadas, y que sentará las bases para la posterior exploración del Sistema Solar.
Producir combustible directamente en nuestro satélite nos permitiría, por ejemplo, aventurarnos un poco más allá, hacia la exploración humana de Marte.
Y en la Luna, al igual que en la Tierra hoy en día, los sistemas de navegación, posicionamiento y telecomunicaciones podrían convertirse en verdaderos habilitadores de aplicaciones e innovaciones adicionales, un volante que impulse la exploración sostenible de nuestro satélite y el nacimiento de la economía lunar.